domingo, 4 de marzo de 2012

Algo tendrá el agua cuando la bendicen...

Y llegamos al final de esta pequeña serie de explicaciones sobre los miembros de la familia real Ximena en los siglos XI y XII. Tras la muerte de Alfonso I el Batallador y la subida al trono navarro del rey García Ramírez, todo se volvió en contra de este último. Es largo de explicar y en la novela se dan varias pinceladas sobre la vida de quien hoy conocemos como El Restaurador, pero bastará con saber que muchas veces su pequeño reino estuvo a punto de ser invadido y repartido. Aun procediendo de una rama ilegítima de la familia y de no estar reconocido como rey por Roma, su descendencia ocupó puesto de renombre entre la realeza europea. Veamos:

 De los cuatro hijos de García Ramírez, dos fueron coronados (el propio Sancho el Sabio como rey de Navarra y su hermana Margarita como reina de Sicila), otra estuvo a punto de serlo, aunque la muerte le sorprendió antes de que su marido alcanzase el trono castellano (la infanta Blanca, esposa de Sancho III el deseado de Castilla) y una fue condesa (Sancha, condesa consorte del Bearn).

Sus nietos tampoco se quedaron atrás. Sancho el Fuerte alcanzaría el trono navarro, mientras que su hermana Berenguela haría lo propio con el de Inglaterra. El grado condal sería esta vez alcanzado por una hermana de ambos, Blanca, que fue condesa consorte de Champaña.

No era nada fácil que esto fuera así a la vista de la precariedad con la que don García Ramírez alcanzó el trono, pero ahí están los hechos. Sólo un detalle más. Gracias al Restaurador, la sangre de Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador, corre por las venas de la práctica totalidad de los miembros de las monarquías europeas actuales...

0 comentarios:

Publicar un comentario